¿Porque es importante partir de la estrategia del arte indígena?
Colombia como narrativa de sociedad y nación, necesita construir herramientas tangibles y motivadoras de diálogo intercultural. Conocernos, conversar y convivir a partir de las diferencias económicas, territoriales y políticas se nos dificulta un poco. Es posible que desde la estética podamos encontrar nuevos y posibles caminos de convivencia. La visión que tiene la mayor parte de la “sociedad nacional” de los pueblos indígenas, es generalmente prejuiciada, tanto hacia lo discriminatorio como hacia lo paternalista. Sin embargo, el sentido de lo estético abre otro tipo de sensibilidades, pero esa sensibilidad debe conectarse con el entender que detrás de un bonito símbolo, hay una realidad compleja y problemática y unos derechos específicos que se constituyen en deberes generales para poder asumirse como nación.
La minga nos propone a todos, superar la visión instrumentalista y utilitaria del arte indígena y respetar su valor como sensibilidad, espiritualidad y soporte de pensamientos diferentes, pero siempre abiertos al diálogo y al compartir.
El arte nos permite enraizar sensibilidades, nos permite trascender hacia una sociedad no racista, no discriminatoria porque el arte va ligado a la vida, a la construcción de sentido. Creemos que, a través del arte, la sociedad podrá acceder a un entendimiento contextualizado y respetuoso de la vida indígena, no sólo en su historia, sino también en su presente y en las decisiones que proyectamos como pueblos desde nuestra autodeterminación y visión del mundo.
Pero es urgente realizar cambios. Uno de ellos es superar la concepción utilitaria del arte indígena y el despojo de sus expresiones simbólicas y materiales con fines comerciales. Debemos también superar la tendencia utilitarista de la música, la danza y la oralidad, como herramientas de publicidad y atracción de audiencias en los medios, sin generar procesos reales de protección, promoción y dignificación de la creatividad, la ritualidad y la trasmisión del conocimiento.
El arte como elemento vital en la transmisión de la cultura lo convierte en un soporte indiscutible del diálogo intercultural.